La investigación insiste en que, aún en condiciones de participación económica, las jefas de hogar continúan dedicando más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado.
Redacción
SemMéxico/IPS, La Habana, Cuba, 30 de enero, 2022.- Una investigación del Centro de Estudios de la Mujer alerta sobre la persistencia de ideas estereotipadas sobre las parentalidades y desigualdades de género en el tiempo que los jefes y las jefas de hogar dedican al trabajo no remunerado en Cuba.
Estos son algunos de los resultados de la investigación publicada a finales del 2021 en el volumen Entregas sobre género, que edita esa institución científica.
El reporte titulado “Un acercamiento a las desigualdades de género en la jefatura de hogar: estereotipos de género en el ámbito familiar, el uso del tiempo y el trabajo no remunerado”, de Yenelis Díaz, se basa en los resultados de la primera Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (ENIG 2016).
Apoyada también por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), la publicación insiste en que la jefatura en el hogar se ejerce bajo condiciones y situaciones diferentes, lo que evidencia la heterogeneidad de este fenómeno.
Díaz analiza que las jefas y los jefes de hogar comparten algunas características sociodemográficas como una edad promedio y nivel educativo altos y el ejercicio del rol mayormente teniendo un vínculo conyugal.
“Asimismo, se evidenció una mayor presencia de ambos tipos de jefatura en zonas urbanas y en hogares nucleares, lo cual se encuentra en concordancia con la elevada urbanización de la población cubana”, indica la especialista.
Análisis en torno a inequidades
La pesquisa muestra una mayor presencia de los jefes del hogar en las actividades económicas, mientras “la jubilación y dedicarse a los quehaceres del hogar constituyen las situaciones más frecuentes que inciden en que la mayoría de las jefas no se encuentren vinculadas a una actividad económica con remuneración”, indica el reporte.
Los resultados muestran que las jefas de hogar, en mayor proporción que los jefes, viven solas con sus hijos o hijas, o con estos y otros familiares, lo cual constata que la monoparentalidad constituye un aspecto característico de la jefatura femenina.
Desde otro análisis, en la muestra estudiada se evidenciaron avances en un grupo de estereotipos de género relativos al ámbito familiar. “Así, más de la mitad de las personas jefas de hogar están en desacuerdo con que los hombres son mejores que las mujeres a la hora de tomar decisiones y para negociar”, reflexiona Díaz.
Datos de interés sobre la jefatura del hogar en Cuba
- 55,1 por ciento de jefes del hogar y 44,9 por ciento de jefas del hogar, según el Censo de Población y Vivienda (ONEI, 2012) .
- 54 por ciento (7001) hombres y 46 por ciento (5961) mujeres declaran tener la jefatura del hogar (ENIG, 2016) .
En este sentido, la mayoría considera que las decisiones relativas a la vida familiar y de pareja deben ser tomadas de manera conjunta por ambos integrantes.
“Sin embargo, jefes y jefas de hogar mantienen ideas estereotipadas respecto a la maternidad y la paternidad, al considerar que los bebés necesitan más cercanía de la figura materna y que un hombre no puede dar el mismo cuidado a un niño o niña que una mujer”, argumenta la investigadora.
Bajo esta mirada se evidencia la persistencia de desigualdades de género en el tiempo que hombres y mujeres con jefatura del hogar dedican al trabajo remunerado o no.
Valora Díaz que, incluso aún en condiciones de participación económica, las jefas de hogar continúan dedicando más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado, con una diferencia de poco más de 8 horas como promedio en una semana.
“Las mujeres asumen en mayor medida la responsabilidad de las tareas domésticas y de cuidados no remunerados, con independencia de que ejerzan o no la jefatura de hogar y de que tengan o no pareja”, continúa la investigación.
En favor de las jefas del hogar
A raíz de los resultados del reporte, la investigadora recomienda implementar políticas sociales dirigidas a mujeres solas jefas de hogares que conviven con hijos o hijas pequeños y otros familiares que demandan de cuidados, dada la vulnerabilidad que generalmente caracteriza a estas familias y la sobrecarga doméstica que las mujeres tienen.
Se suma a lo anterior la promoción, a través de diferentes instituciones socializadoras, de comportamientos y actitudes positivas que favorezcan la corresponsabilidad en el trabajo doméstico, así como el reparto equitativo en la pareja de las actividades del hogar. (2022)