Isabel Ortega Morales
SemMéxico, Chilpancingo, Gro., 17 de enero, 2022.- La nación insular de Tonga, en el Pacífico Sur, parece muy lejos de nuestro país, quizá hasta del comentario o conocimiento rápido de su ubicación geográfica, pero este fin de semana nos mostró que, países con salida al Pacífico, estuvieron en alerta por la erupción del volcán submarino y el riesgo de tsunamis.
La velocidad de las redes sociales hicieron que se abriera un espacio en las actividades del fin de semana para observar las alertas de evacuación, de precaución, y hasta las que fueron registradas en videos sobre la salida estrepitosa de las zonas costeras, y seguían pareciendo lejanas, hasta que el Secretario de Protección Civil de Guerrero emitió una alerta a las y los presidentes municipales así como a quienes integran el Consejo Estatal de Protección Civil informando del evento volcánico y el monitoreo al mar.
Además de nuestro país, donde el punto geográfico de Tonga dista de Islas Mujeres 10 mil kilómetros, países como Japón, Estados Unidos y Canadá, emitieron alertas, en Japón también de evacuación a más de 100 mil personas.
La preocupación de los gobiernos fue clara y oportuna, en nuestro país la Secretaria de Marina y Protección Civil a través del Centro de Alertas de Tsunamis (CAT) dieron a conocer, en Guerrero a través de la Secretaría de Protección Civil, que se presentan “algunos cambios en el nivel del mar” y emitieron recomendaciones a bañistas, navegantes, hoteleros, restauranteros, y ediles, a estar pendientes de los comunicados que emita esta dependencia.
La preocupación de estos países como Japón, permite considerar que conocen la naturaleza y buscan proteger a sus representados. En nuestro país, salvo esas alertas, la vida continúa y el tema de la consulta para la revocación de mandato se mantiene.
La naturaleza nos ha mostrado su eficacia para el sustento alimentario y la vida misma, nos brinda paisajes que alientan el espíritu, nos da oportunidad de esparcimiento, pero estamos aún lejos de corresponder a la generosidad que cada día obtenemos de ella.
Este reciente evento volcánico, que parece tan lejos, nos indica la maravillosa relación que guarda nuestro planeta consigo misma, no hay distancias que alejen un efecto, todo tiene una conexión que provoca una reacción.
Pero parece que no hemos aprendido la lección que nos brinda al no realizar acciones para protegerla, para preservarla aun cuando de por medio esté nuestra propia subsistencia, nuestra propia vida.
Su voz parece silenciosa, aunque su lenguaje nos indique qué sucede dentro de ella. Quizá sea tiempo de abrirnos una oportunidad y volver la mirada con mayor reconocimiento a la naturaleza, al cielo, a los árboles, a las flores, al agua, al aire, y una forma de mostrarle nuestro respeto sea, cuidándola.