Este domingo se aprueba o rechaza la nueva Constitución Chilena con sello feminista
Elda Montiel
SemMéxico, Ciudad de México, 4 de septiembre, 2022.- Más allá de los resultados del plebiscito de la nueva Constitución este 4 de septiembre están las ganancias políticas y culturales de la paridad que llego para quedarse; los derechos de las mujeres y las disidencias sexo – genéricas, al igual que los derechos de los pueblos indígenas, destaca la organización Observatorio de Género y Equidad.
Dejaron de ser malas palabras el “Estado social y democrático de derechos”, se incorporó el término “los cuidados”, la “perspectiva de género” y el lenguaje inclusivo, pero sobre todo la legitimidad de reivindicar la centralidad de la vida en el nuevo pacto social del derecho al buen vivir.
La gran consigna de quienes están por aprobar el texto constitucional ha sido “el voto informado” con la promoción de los 388 artículos, sus 57 normas transitorias.
Se reconoce el sello feminista de la propuesta, no solo en los principios y derechos fundamentales que profundiza la calidad de la democracia al consagrar la paridad, la plurinacionalidad, la descentralización efectiva, la relación con la naturaleza basada en la plena vigencia de los derechos humanos.
Los medios de comunicación han multiplicado los espacios y programas de debate sin asegurar la participación equilibrada de representantes de ambas opciones de quienes están por el apruebo y quienes no están por aprobarlo, sin poner freno a la proliferación de informaciones falsas con un sesgo visible en la prensa tradicional.
La desigualdad de recursos entre ambas campañas es vergonzosa y parece, más bien, la lucha entre David -por el apruebo- y Goliat -por el rechazo-.
Cambia la vida para las mujeres
Observatorio de Género y Equidad realizó los “Foros Como Cambia la Vida de las Mujeres con la nueva Constitución” en relación con la violencia y la justicia de género y la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Se dio voz a dos directoras de instituciones feministas Corporación Humana y Nodo XXI, así como ex convencionalista, luchadoras sociales y organizaciones feministas que exponen las esperanzas y proyecciones de la Constitución propuesta de las mujeres.
Será una elección inédita, con voto obligatorio tras una década de voto voluntario con mas de 15 millones de personas habilitadas para votar. Tan solo en la segunda vuelta electoral presidencial, en diciembre del 2021 votaron 8 millones 314 mil 173 personas, el 55.3 por ciento del padrón electoral.
La gran consigna de quienes están por aprobar el texto constitucional ha sido “el voto informado” con la promoción de los 388 artículos, sus 57 normas transitorias. El despliegue en eventos virtuales y presenciales promovidos por una pluralidad de actores políticos y sociales. Se ha generado un abanico de “aprobadoras y aprobadores” y de propuestas de mejoramiento y clarificación que han confluido en resaltar el valor político de esta respuesta a las grandes demandas que hicieron estalle en Chile en 2019.
Quienes no están por aprobarlo, afincados en la derecha se parapeto en algunos lideres y núcleos ex concertacionistas, descalifican el trabajo de la Convención, cuestionan el resultado y describen que su aprobación e implementación traería graves consecuencias económicas, políticas y sociales.
El gobierno se comprometió a dar a conocer el texto aprobado por la Convención, financio la publicación y distribución de cientos de miles de ejemplares, difundió los artículos en estaciones del Metro de Santiago y organizo la entrega física en distintos lugares del país.
Desde las organizaciones feministas se promovió el “voto informado” que supone examinar a detalle el contenido de la propuesta, tanto de artículos individuales o por capítulos, como el texto en su integralidad. Destacó la amplia participación de mujeres en su elaboración, resultado de una paridad efectiva que logro instalar los temas de la agenda de forma transversal que acogió no solo iniciativas populares de norma originadas en el movimiento feminista, sino el acompañamiento y asesoría permanente.
De ser aprobada será la primera Carta Magna redactada en forma paritaria y busca responder a las demandas de las revueltas feministas del 2019 cuando las mujeres de Chile salieron a las calles a exigir igualdad de oportunidades, el derecho al aborto y fin de la cultura patriarcal.